Escenarios cargados de la vitalidad de lo que él llama momentos de una película, fragmentos de una situación que continúa en la imaginación del público.
Las imágenes y los momentos son dominados por lo vaporoso del humo del cigarrillo y el ruido que se puede sentir en el fondo; dos elementos efímeros que trascienden en el tiempo superando la brevedad por la captura que se hace de ellos con la lente de la cámara. “Desde que empecé a estudiar Artes siempre busqué ‘el instante’, esos que no son trascendentales pero al final sí terminan siéndolo”, dice Vélez. Para Byron, “en estas fotografías las imágenes colapsan, se entrelazan y se funden con la risa, la tristeza y la nostalgia; gente que ríe, llora, se emociona con una simple palabra, un llamado, una canción, la descripción de una buena película, un buen libro, unas buenas chicas que pasan, y mejor aún: mis amigas y mis amigos”.