Cuando Annick Thébia-Melsan tenía 22 años, leyó por primera vez al poeta martiniqueño Aimé Césaire. En sus obras, esta catedrática en letras encontró el verdadero poder de la poesía. A partir de esta epifania literaria, Annick ha estudiado detenidamente la obra de Césaire, no solo como ejercicio académico, sino también introspectivo.