La evaluación del crecimiento de los niños, un proceso que inicia en la concepción y finaliza en la adultez, es importante indicador de su estado de salud, y permite medir el impacto de distintos factores médicos, psicosociales y medioambientales que afectan su desarrollo. Cualquier alteración de los parámetros normales de desarrollo corporal en el niño, basadas en el peso, la talla y la velocidad del crecimiento, constituye un signo de alarma ante la posible aparición de un trastorno que, en muchos casos, gracias a una detección temprana permite prevenir futuras afectaciones en la salud del niño.