La herencia mediterránea determinó a las ciudades como puntos de orientación de territorios, sin embargo, tanto en España como en América, estas no contaban con un poderío económico ni con una actividad comercial importante. Su constante disputa con las lógicas racionales del estado y el capital, contribuyeron a la creación de un imaginario rural que, de alguna manera, eclipsó la idea de lo urbano.
Con José Luis Villacañas, se analiza el desarrollo del modelo de ciudad hispanoamericano.