Diana Rojas, profesora asociada del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (Iepri), de la UNAL, señaló que todo gira en torno al desarrollo tecnológico, y “esto hace que quien esté a la cabeza marque la pauta, y en este caso no es Estados Unidos, sino China”.
Además resaltó que una de las grandes diferencias entre estos países radica en el apoyo que se da a sus empresas en cuanto a la transferencia de tecnología, muy común en el país asiático y una práctica no tan usual en el país liderado por Donald Trump.
Para el sociólogo Jorge Iván Bula, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNAL, “China tiene unas herramientas muy importantes; exporta los 17 minerales provenientes de las tierras raras, es el gran acreedor del Gobierno americano y tiene una ventaja de consumo interno que no requiere tanto el comercio internacional”.